lunes, 11 de junio de 2012

Donde descansan los muertos

Estábamos en Varanasi, la supuesta ciudad en la que cultura India es más evidente, o eso nos habían vendido, aunque creo que el negocio del turisteo es mucho más evidente que cualquier otra cosa.

La habitación.
Una vez en Varanasi y exhaustas del viaje nos ponemos a buscar el alojamiento. Caminamos hasta el río y un señor con los dientes marrones nos persigue y nos dice que nos lleva hasta nuestro hostal. No le hacemos caso, pero no sabemos cómo, siempre aparece en el momento más inesperado y oportuno porque al final sí nos ayudó y sin pedir nada a cambio. Caminamos por la orilla del río y cada cierto tiempo encontrábamos un ghat (amplios escalones que bajan a la orilla del río) cada uno con un escenario completamente diferente -era como pasar pantallas en un vídeo juego-, hasta que llegamos a un ghat en que había muchas personas y varios montones de madera y humo, se trata del ghat en el que incineran a la gente. Nos quedamos paradas un momento hasta que el hombre de los dientes de color marrón nos indica el camino, le seguimos sin tener otra opción. Nos lleva por callejuelas estrechas, húmedas y cubiertas de basura. De repente una vaca o un perro durmiendo en los escalones, hasta que por fin llegamos al hostal, en el que nos clavan 500 INR la noche. Subimos las trepidas escaleras de aquel lugar que algún día alguien pintó de azul hasta el cuarto piso, encontramos nuestra habitación en un rincón oscuro del pasillo, abrimos la puerta y nos encontramos con un cuarto sin ventanas, paredes desconchadas y humedades por doquier. No nos quedan fuerzas para cambiar la habitación y rezamos para que no haya chinches. No hemos comido nada desde que salimos de Calcuta y estamos muy cansadas.    


Mango lassi espectacular.
A la mañana siguiente bajamos al ghat buscando algo rico para comer a la orilla del río, qué inocentes. De nuevo nos encontramos con montones de madera, son cuidadosamente pesados para no gastar más de lo necesario en cada incineración. Abro sitio entre la gente y cuando me doy cuenta, a mis pies, encuentro algo con forma de cuerpo humano envuelto en una tela anaranjada y con incienso alrededor -¡Dios mío, por poco no piso al muerto de alguien!-. Sí, la verdad es que la ceremonia es muy pública. Decidimos callejear hasta que damos con un buen lugar en el que comer y después ¡a probar los mejores lassis del mundo! Nos ofrecieron la opción de hacerlo mágico, pero nos habían explicado historias de gente que había terminado desnuda y en el Ganges, así que pasamos.


Un baño en el río sagrado entre muertos y cenizas.
También hicimos un tour por el río en barca con siete personas más de nuestro hostal, es la mejor forma de ver lo que ocurre en cada uno de los ghats. El barquero era un chico muy simpático y nos explicó un montón de cosas. Varanasi es una ciudad sagrada y todo hindú que pueda permitírselo viene a este sitio unos años antes de su muerte, pues morir en Varanasi es una suerte porque te permite saltar ciclos de reencarnaciones y alcanzar más fácilmente el nirvana. Después son incinerados y sus cenizas van al río, donde hay personas rebuscando el oro que haya podido quedar. Pero no todo hindú es incinerado, sino que algunos como niños, mujeres embarazadas y los saddhus son empaquetados y lanzados al agua con un peso para que permanezcan en el fondo del río sagrado el resto de la eternidad.  Sin embargo algunos cuerpos pierden el peso y afloran en la superficie, la gente los empuja hacia la otra orilla desierta y allí permanecen hasta que algún animal hambriento se ocupa de su desaparición. De hecho, cruzamos al otro lado y encontramos primero una calavera humana, un poquito más sucia de aquellas que te enseñaban en el laboratorio de ciencias, y después un perro que devoraba algo con pasión, nos dió miedo acercarnos mucho pero sospechamos que estaba comiendo los restos de algún cuerpo.







1 comentario:

  1. jajajja, la foto, qué risa!!

    El otro día vi un docu que mostraba en imágenes todo lo que has descrito, era impactante. Tú lo escribes como si fuera lo más normal del mundo estar rodeada de cadáveres, realmente fue así o te guardas algunas sensaciones no han pasado por las pulsaciones del teclado?

    Tengo ganas de verte!!

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