viernes, 16 de marzo de 2012

Para no pensar

Este país me sorprende cada día más y no en un buen sentido. Tengo una alumna de 24 años a quién su familia ha decidido casar, así, de un día para otro y sin consultarle si quiera. Ella no quiere, de hecho, tiene novio desde hace más de tres años, pero sus padres no aceptan que se case con alguien que no pertenece a su misma casta. Son marwaris, y dentro de los marwaris son jains, debe ser de lo mejorcito de la tierra. Se trata de una comunidad muy estricta y ortodoxa, se basa en la no violencia y otros principios muy respetables, olvidándose por completo de la felicidad y reduciendo cualquier capacidad intelectual de las mujeres a la pura obediencia de su padre y de su marido una vez casada. 
Durante la semana pasada esta chica ha estado recibiendo visitas de la familia de su supuesto futuro marido. Por lo visto el acuerdo sólo sigue adelante si ella pasa el test al que la someten la familia de él (su madre, su tío, su tía, su abuela, su cuñada... Todas las opiniones cuentan, excepto la de ella). Tras la aprobación de la familia, ella por fin ya puede encontrarse con él (algo que le hace sentir afortunada ya que mucha gente no tiene el privilegio de conocer a su marido antes de la boda). A todo esto aún nadie le ha preguntado si ella quiere casarse. Se entrevistó con él el otro día, dice que le estuvo preguntando sobre su vida durante dos horas, a ella no se le permite hacer preguntas, pero por lo que él le ha querido contar no tienen absolutamente nada en común. Su madre le dice que no se preocupe, que con el tiempo ella hará que a él también le gusten las cosas que le gustan a ella. El problema es que ella ya tiene a alguien así. A ella no se le permite decir que no y desobedecer significaría que su familia le retirara la palabra para siempre. Dice haberlo intentado todo; llorar, suplicar, dejar de comer... Pero de nada sirve, su familia no cambia de idea, están convencidos de que su infelicidad es lo mejor para todos. Está muy asustada, mañana le darán los resultados del examen compuesto por dos partes: la nota de la familia de él y la de él. Ella dice que sólo espera que él diga que no. Pero eso no es posible, ella es una chica muy guapa y encantadora, nadie le diría que no. Si mañana el chico dice que sí, ella estará comprometida y se acabó. La vida que le ofrece éste, a diferencia de la que le ofrece su novio, supone vestir un sari y encerrarse en casa para el resto de su vida, teniendo que pedir permiso a su marido para cualquier cosa que quiera hacer; se acabaron todos sus planes y, por supuesto, también se acabaron las clases de español. Después tendrá que decirle a su novio que tiene que casarse involuntariamente con alguien a quien no conoce.
No puedo explicar la rabia que siento, se me hace un nudo en el estómago el sólo pensar que no puedo hacer nada y que nadie va a impedirlo. Le deseo toda la suerte del mundo.

viernes, 2 de marzo de 2012

Tras cinco meses de lucha


Llevo cinco meses viviendo en Bangalore. Acabo de leer una carta que redacté dos semanas antes de venir a la India y ha sido muy gracioso. La escribí sólo para poder leerla después de un tiempo de estar aquí y poder contrastar mis impresiones actuales con las que tenía antes de venir. Se nota que tenía muchas ganas de estar aquí y muchas esperanzas puestas en este viaje, del que ya me había olvidado de que era una experiencia increíble y de gran importancia en mi vida.

Me gustaría poder escribir algo que diera una idea clara de lo que estos cinco meses han supuesto para mi. Sin embargo, me vienen una cantidad increíble de cosas a la cabeza; situaciones incomprensibles, experiencias surrealistas y un continuo desconcierto. No sabría como describir todo eso, tal vez necesite algo más de tiempo para digerir este nuevo mundo que me envuelve. La comida, las personas, la ciudad... Nada es cómo me imaginaba. Recuerdo que al principio todo me producía repugnancia. El ambiente es denso, la comida extremadamente picante, el yoga y la medicina ayurveda es algo exclusivamente para ricos, miles de personas malviven en las calles a la vez que otras disfrutan de comodidades y lujos extremadamente innecesarios. La corrupción está a la orden del día y todo el mundo lo sabe y todos lo toleran. No es un país ideal, pero sí un país que me está enseñando muchas cosas, aunque todavía no sé muy bien el qué.

De momento he aprendido mucho como profesora, antes no tenía ni idea, pero ahora ya me siento muy segura enseñando y creo que no se me da del todo mal. Anaí me ha ayudado mucho y lo sigue haciendo, me siento afortunada de tener una compañera así. No sólo por prestarme sus conocimientos cuando lo necesito, sino también por darme compañía y comprensión en este país de locos. La verdad es que no hubiera sido lo mismo estar aquí sin ella y sin nuestra cervecita en la terraza después del curro ;)