Llevo cinco meses viviendo en
Bangalore. Acabo de leer una carta que redacté dos semanas antes de venir a la
India y ha sido muy gracioso. La escribí sólo para poder leerla después de un tiempo de estar aquí y poder contrastar mis impresiones actuales con las que tenía antes de venir. Se nota que tenía muchas ganas de estar aquí y
muchas esperanzas puestas en este viaje, del que ya me había olvidado de que
era una experiencia increíble y de gran importancia en mi vida.
Me gustaría poder escribir algo
que diera una idea clara de lo que estos cinco meses han supuesto para mi. Sin
embargo, me vienen una cantidad increíble de cosas a la cabeza; situaciones
incomprensibles, experiencias surrealistas y un continuo desconcierto. No
sabría como describir todo eso, tal vez necesite algo más de tiempo para
digerir este nuevo mundo que me envuelve. La comida, las personas, la ciudad...
Nada es cómo me imaginaba. Recuerdo que al principio todo me producía
repugnancia. El ambiente es denso, la comida extremadamente picante, el yoga y
la medicina ayurveda es algo exclusivamente para ricos, miles de personas
malviven en las calles a la vez que otras disfrutan de comodidades y lujos
extremadamente innecesarios. La corrupción está a la orden del día y todo el
mundo lo sabe y todos lo toleran. No es un país ideal, pero sí un país que me
está enseñando muchas cosas, aunque todavía no sé muy bien el qué.
De momento he aprendido mucho
como profesora, antes no tenía ni idea, pero ahora ya me siento muy segura
enseñando y creo que no se me da del todo mal. Anaí me ha ayudado mucho y lo
sigue haciendo, me siento afortunada de tener una compañera así. No sólo por
prestarme sus conocimientos cuando lo necesito, sino también por darme compañía
y comprensión en este país de locos. La verdad es que no hubiera sido lo mismo
estar aquí sin ella y sin nuestra cervecita en la terraza después del curro ;)
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