viernes, 4 de noviembre de 2011

Mi primer día en Bangalore


5 de octubre de 2011


Ha sido mi primer día en Bangalore, estoy agotada y aún no salgo de mi asombro. Durante el vuelo estaba muy procupada, no podía dejar de pensar en que llegaría a un aeropuerto del tercer mundo donde me esperaba un hombre, a quien yo no conocía, que me llevaría hasta no sé qué lugar en el que supuestamente podría sentirme a salvo. Pues bien, a eso de las 3.30 de la mañana, cuando por fin hube pasado los controles a la salida del aeropuerto, salí por aquella puerta tras la cual encontraría a un hombre sujetando un cartel con mi nombre escrito. Al salir, el mayor de mis miedos se realizó, a aquella hora solo había tres hombres sujetando carteles con un nombre y ninguno era el mío. En cuestión de segundos los taxistas, uno tras otro, me preguntaban si quería que me llevaran a casa, yo les decía que no. Uno de ellos insistió especialmente y comenzó a interregorme, al final le pregunté que quien era él y me dijo que era un gestor de taxis o algo así, me enseñó un documento que no quise alcanzar a leer; mi chófer debía estar en algún lugar, pero no lo veía. Tenía miedo de que me robaran, de que me cogieran y me llevaran a la fuerza a algún lugar, todo era extraño, todos eran muy morenos de piel, todos querían algo de mí, todos me miraban fijamente y estaban pendientes de mis movimientos. Mi chófer no aparecía, pero estaba claro que yo iba a necesitar dinero, así que cambié 50€ por los que recibí poco menos de 3000Rp, guardé mi dinero y me dirigí a llamar por teléfono. Era una especie de velador metálico, bajo el que descansaban un hombre que apoyaba sus pies desnudos sobre un taburete y el taxista que pretendía interrogarme. Me acerqué y le pregunté si podía llamar, me dijo que ahí tenía el teléfono, era un teléfono viejo, lo descolgué y no daba señal, entonces el hombre reajustó los cables hasta que se encendió una pantalla azul en el teléfono. Marqué el número de la persona que me había contratado, tardaba mucho en descolgar, seguramente estaba durmiendo a esa hora, pero cuando estaba a punto de abandonar alguien respondió al teléfono, ¡Umita! - le dije- Soy Ana ¿recuerdas que hoy llegaba a la India?- Ella respondió que su chófer debía estar allí en algún lugar y que lo llamaría para que se dirigiera a buscarme. En cuestión de minutos apareció un chico joven que mostraba un cartel en el que ponía mi nombre. Su cara me pareció de confianza y me dirigí con él hacia el coche. Era un coche gris y pequeño. El chico colocó mi maleta en un lado del asiento de atrás y me dijo que me sentara en el otro lado. Quise darle conversación y hablar con él, pero él no parecia muy interesado, así que permanecí callada observando y admirando todo lo que había a mi alrededor. En primer lugar me llamó la atención la forma de conducir; tocan el claxon continuamente, yo no entendía porqué, hablan tranquilamente por el móvil mientras conducen, por supuesto nadie usa cinturón de seguridad, las lineas de división de las vías de la carretera no se respetan lo más mínimo, no todos los coches encienden las luces de noche, sino que te los vas encontrando a medida que te acercas, la gente no cruza la calle, sino que se tira a la carretera con la esperanza de que no lo atropellen. No entendía nada, sólo era capaz de reconocer una infracción tras otra. Miraba a mi alrededor y lo veía todo en obras, parecía que las calles estuvieran en construcción, poco más tarde concluí que estaban más bien en ruinas. Después de recorrer algunos kilómetros el chófer se paró delante de una casa, a la que no sabía cómo ibámos a entrar, llamó por teléfono, finalmente llamó al timbre de la puerta y entonces nos abrió una chica, se trataba de Anaí, mi compañera de piso y trabajo. En aquel momento desaparcieron todas mis dudas acerca de que todo aquello fuera una trampa para llevarme a un puticlub. Al fin pude respirar tranquila e irme a la cama, tras una larga conversación.

A la mañana siguiente me despertaron tocando al timbre de al puerta, fui a abrir y era una chica que trabajaba en la escuela, Aetka, vino con el chófer del día anterior y me llevó a la escuela. Durante el trayecto pude ver las calles de Bangalore durante el día; mucho tráfico, muchos claxons, muchas infracciones, muchos colores, mucha gente, mucho movimiento en general. Edificios muy desgastados, basura por todas partes, perros y vacas rondando por las calles... Por fin llegamos a la escuela, parecía un barrio más bonito que en el que estaba ahora, la escuela era preciosa y el apartamento en que nos trasladaremos en pocos días también era muy bonito.

15 comentarios:

  1. ¿Qué aventura, no? yo con la imaginación que tengo ,para cosas malas, puff, no quiero ni pensar, creo que me hubiese dado un ataque o algo.

    Pues que guay Anna, me alegro que estés a salvo, jeje! y que estés disfrutando de la experiencia.

    Espero nuevas entradas en el blog y nos cuentes como va todo, que esta me ha gustado mucho!
    Besos!

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  2. Qué cara se te tuvo que poner cuando no viste tu nombre!!! jejeje. Buena historia de formas todas. Esperamos más con impaciencia o sin ella. Esos hermanita!

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  3. Jo Na que desesperación!! Pero bueno ahora parece que te lo estas pasando bien no?? Que guay que vayas publicando! Estoy deseando ver nuevas aventuras! ;-)

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  4. Vaya nervios! Pero mira, después de esto, ya las cosas solo pueden ir a mejor. Lo que mola de todo esto es la saturación de sensaciones, ¡todo es nuevo y diferente!
    Disfrútalo!!!

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  5. Por cierto... ¿el atún huele a pescao?

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  6. Ana! Besos desde Berlín... Ya sabes cual va a ser mi página de inicio a partir de ahora... No me pienso perder ni un capítulo.
    Exprime la experiencia ;-)
    Un beso muy grande

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  7. Muy buena idea esto del blog!!Vaya ratillo tuviste que pasar!
    Cuando mi hermana estuvo en Nicaragua lo peor era no tener información ojalá hubiese tenido internet y un blog como éste!;)
    Muchos abrazos!!

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  8. ¡Muy buena entrada! A la espera de la segunda, ¡no tardes!

    Te seguiré por aquí, y no descarto hacer también un blog en un futuro no demasiado lejano. En 3-4 meses voy a ser un expatriado. Menuda diáspora...

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  9. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  10. Me encanta Ana, es una gran historia. La idea del bloc me parece estupenda y todo un detalle que nos hagas parte de la experiencia. Me imagino todas los sentimientos, emociones, miedos, sin sentidos y dudas vividas en tan solo un par de horas. Espero con impaciencia las siguiente entrada. Besos

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  11. Muy wno lo del blog, y muxa envidia k das :), disfruta la experiencia, y segun me han dicho regatea x todo :).

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  12. Muchas gracias a todos, me ha hecho muy feliz leer vuestros comentarios. Espero poder tener la disciplina suficiente como para mantener esto!

    Miko, ya sabes que yo no como atun, asi que no se a que huele (teclado indio!).
    Jesula, que has hecho para que te expatrien?

    Besos

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  13. Jo-der, me alegro de que este bien, gracias por publicar este blog. Te deseo mucha suerte en tu aventura ;) Besos

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  14. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  15. Preciosa....aun me tiemblan las piernas,yo me plantearia escribir un libro por que seguro que cada dia es una aventura.Cuidate mucho y no nos hagas sufrir!!!Tk

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